viernes, 23 de noviembre de 2012

Dictablanda.



«[…] teniendo en cuenta lo que fue nuestro siglo XIX y las dos Repúblicas, [el franquismo] ha sentado las bases para una España con más orden. De hecho, no hay más que comparar la España de hoy con la de los años treinta» Manuel Fraga Iribarne.

   No hay tutía. De aquí parte todo y quien ponga pegas, un cañonazo y listo. La historia es mía.


«[…] puede concluirse que una sociedad, como un ser humano, es verdaderamente libre cuando sabe quién es y de dónde viene. Cuando conoce los límites de lo que puede y no puede hacer. La verdadera libertad no es la que te aísla del mundo, sino la que te da la posibilidad de descubrir y aprovechar las oportunidades que el mundo te ofrece. Y para ello hace falta otra facultad unida a la voluntad libre: la razón, la capacidad de realizar la acción de acuerdo a las ideas y los principios. Las teorías del economista John Maynard Keynes no siempre dieron buen resultado cuando fueron aplicadas. Pero tenía razón cuando dijo que el motor del mundo son las ideas. Siempre he creído que la libertad sin ideas carece de sentido humano» José María Alfredo Aznar López.

      Queridos esclavos: nos queda mucho para saber de dónde venimos, incluso para saber quiénes somos.


«[…] Este Gobierno no puede decidir entre un bien y un mal. Este Gobierno tiene que decidir entre un mal y un mal peor» Mariano Rajoy Brey.

   ¿Y los ciudadanos, qué deciden?


   La tradición se rige por una cultura compartida, pero cuando esta no existe radicalmente, solo queda el inmovilismo. Por supuesto, las escaras no se hacen esperar, aunque el movimiento tradicional siempre tuvo opciones para mantener a la bestia dormida. Y todo va evolucionando hacia una repetición cíclica auspiciada por la alargada sombra de la endogamia ideológica. Aznar vio el camino del garrote vil a los créditos hipotecarios, y prueba de ello es Rodrigo Rato: cuando este no le sigue el juego para volar a horizontes más prósperos, no le queda otra que optar por el Stalin de la piara –en cuanto a su condición de reservado y papel de segundo-, Mariano Rajoy, y a Cristo Rey gracias, porque demasiada metralla estamos masticando.
   Es muy sencillo: o volvemos al mismo lugar o rompemos esta espiral tan de baraja española con la que horneamos nuestro presente. Nuestra Constitución, esa hija de mil padres, nació en plena dictablanda. Nosotros vivimos aun en dictablanda. Desde los malditos años setenta solo han cambiado en este país los métodos. O la transición a una nueva concepción de democracia o la regresión a un sistema que conocemos no muy de lejos, pero sí muy deficientemente. ¿Cómo era eso de repetir el pasado?


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@cheaale

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